
Entrevista a Eric Syerix
Hoy, entrevistamos a Eric Syerix, como lo habíamos anunciado hace unos días.
Buenos días, Eric. En primer lugar, te quiero agradecer tu participación en el artículo que hablaba de publicar con editorial, ya que nos vino muy bien tu aportación, y en haber aceptado hoy esta entrevista. Tenía muchas ganas de charlar contigo para conocerte un poco mejor, y creo que como yo, mucha gente estará deseando saber algo más de tí.
Presentación
En el artículo que he citado anteriormente, te pedí una breve presentación, y así la publiqué:
Soy Eric Syerix, nacido y criado en Málaga.
Soy un apasionado de la literatura y de la creación de personajes en todos los ámbitos artísticos (arte, videojuegos, teatro…).
Me dedico al trabajo de oficina y a editar libros, además de escribir los míos.
¿Te gustaría, ahora que este artículo te está dedicado, ampliarnos más detalles de ti y de tu bio?
Se me dan un poco mal las biografías, así que creo que así está bien.
¿Cual ha sido tu trayectoria a nivel de estudios?
He tenido una trayectoria bastante movida. He terminado la carrera de Historia y ciencias de la música y también el Grado profesional de conservatorio, con especialización en Flauta travesera. Después de eso he estado estudiando por mi cuenta sobre el mundo editorial, marketing digital y emprendimiento, y formándome para ser editor de libros, además de mejorar como autor.
Estás trabajando de editor. ¿Cómo has llegado a este tipo de trabajo?
Hablando con otros escritores y moviéndome. Además de buscar trabajo por Linkedin. Este tipo de oficios es mucho del boca a boca. Si te van conociendo y te permiten enseñar tu trabajo, puedes encontrar algunos trabajos.
¿Qué importancia tiene la literatura para ti? ¿Desde qué edad te ha atraído?
Para mí, la literatura es algo fundamental en mi vida.
Es algo que me acompaña desde que tengo uso de razón y que no puedo desprenderme de ella, porque es lo que más me ayuda a sobrellevar el día a día y las penurias. Mi punto de inflexión y mi fenómeno fan fue a los doce años con «Memorias de Idhún». Es una trilogía que me ha dado mucho y forma parte de mí incluso a día de hoy.
¿Definirías la literatura como una afición, una pasión o es algo más?
Para mí, la literatura lo es todo. Es una pasión que me acompaña siempre y que no la puedo dejar incluso cuando lo he intentado. Siempre regreso a los libros, a las historias, a la creación de personajes… es parte de mí, como lo es respirar y comer todos los días.
¿Cómo integras esta vocación de escribir en tu vida diaria?
A veces es complicado, porque de momento tengo que buscar otros trabajos porque no me da para un sueldo mensual decente. Aun así, le dedico mínimo los fines de semana o me pongo horarios en la agenda para no dejarlo de lado.
A pesar de ello, siempre tengo al menos los personajes de mis historias en la cabeza y no puedo dejar de trabajar en ellos. Algo tan sencillo como ir a comprar me hace preguntarme: ¿qué haría este personaje, es más ahorrador o derrochador? ¿Este personaje haría lo mismo que yo o actuaría de otra forma? Todo eso forma también parte del proceso creativo y se habla muy poco, ya que escribir no es solo sentarse y darle a las teclas, es también todo el desarrollo del lore, desarrollo de personajes, interiorización del mundo, asimilación de tus propias reglas y todo eso.
¿Nos podrías resumir tu trayectoria como escritor. ¿Cuándo empezaste, qué has escrito, si lo has autopublicado o no?
He terminado tres libros y tengo varios relatos. El primer libro lo terminé con dieciséis años y es algo que se queda para mí, porque fue una obra muy personal. El segundo lo acabé con veintiuno y, a pesar de que considero que la idea de la novela está bien, no estoy de acuerdo con las ideas que plasmo ahí.

El tercero, que es «Lutgan», el cual el mundo es de mi compañero Málkrath, pero los personajes son míos y la novela la redacté yo, sí que está a la venta en Amazon, y yo lo maqueté y le preparé la portada.
La corrección se la dejé a Carolina Arjona, que hizo un gran trabajo.
Todo lo que escribo, tanto relatos como novelas, tienen intención de ser autopublicados. De momento no me planteo la idea de mandar mis escritos a ninguna editorial. Como siempre, no descarto nada, aunque llevo ya más de tres años con esa decisión y no ha habido ningún cambio a día de hoy.
¿Cuál es tu género hoy por hoy? ¿Estás abierto a experimentar más allá o de momento esta es tu zona predilecta?
Tengo dos géneros: fantasía y erótica. Últimamente se me está conociendo más por el sector erótico, pero tengo proyectos de fantasía/paranormal que tengo intención de sacar adelante.
A veces me he planteado experimentar con otros géneros, aunque suelo intentar integrarlos dentro de la fantasía para probar antes de sumergirme en uno distinto.
El género que me da más respeto y me costaría escribir es el policíaco, aunque no es tanto por dificultad, sino porque es algo que no consumo y eso hace que no tenga tablas.
Háblanos de Transversal, cuéntanos todo lo que se puede contar y lo que significa este proyecto para ti.

«Transversal» es un proyecto sumamente personal, donde quiero exponer una realidad: la transfobia afecta también a las personas cis. Es una lucha que nadie puede desviarse, porque al igual que a muchas personas trans, como yo, se les ha impedido muchas cosas en su vida, a las personas cis también. En el caso de Álvaro, protagonista de la novela, le ha causado muchas preguntas con respecto a sí mismo. No ha tenido referentes trans, ni referentes cisgay que le hayan dicho: oye, que es normal que te atraiga un chico trans, ya que son chicos y tú eres gay. No tiene nada de raro ni díficil de comprender.
También se ve en la novela a personas trans que aceptan su género con muchísimo cariño y orgullo, sintiéndose libres y mucho más valientes a la hora de defender sus derechos que en otras novelas que he leído. La realidad que yo vivo es que somos una comunidad muy guerrera, respetuosa y cargada de ilusión por vivir.
Además, esta idea no viene de la nada. El origen surgió cuando hace unos meses me reencontré con mi primer amor de instituto y me confesó que él siempre supo que era gay y que no entendía cómo yo podía atraerle, hasta que descubrió que era un chico trans y lo entendió. Eso rompe con la idea de que ser un chico tiene que tener unas determinadas características físicas. Ser hombre, mujer o persona no binaria va más allá de los genitales y, como seres sociales que desarrollamos nuestra propia expresión de género, seamos o no consientes de quiénes somos, transmitimos nuestra realidad, aún sin pretenderlo.
¿Estás trabajando en otros proyectos actualmente?
Sí. Tengo entre manos tres novelas de género fantástico, de las cuales dos de ellas están relacionadas porque una es una precuela de la otra. Además, tengo algunos proyectos aparcados que quizás retome para practicar escritura (como una antología de relatos eróticos en un mundo de fantasía) y también tengo alguna cosilla con una compañera (Patry Soler) que, aunque no sabemos si haríamos algo con esa historia a nivel comercial, está ahí y estoy muy enganchado a ello.
¿Estás pensando en autopublicarte o de momento disfrutas escribiendo y no piensas en ir más allá?
La idea de autopublicar siempre me atrae, porque el proceso de maquetación es de mis favoritos y además disfruto de cada paso que hay (aunque siempre hay momentos de frustración, pero pasa también cuando uno escribe). Cuando escribo no pienso al principio que la historia va a estar publicada, porque prefiero no adelantarme. Es cuando la termino cuando decidio si autopublicarla o no y, de hacerlo, releo la historia, analizo si tiene puntos fuertes y débiles a la hora de ser comercializada y planteo los siguientes pasos.
¿Te consideras un escritor emprendedor capaz de ocuparse de todos los pasos de tu proyecto, incluyendo la promoción y venta de tu obra?
Soy capaz porque a nivel teórico sé lo que tengo que hacer, aunque como soy conocedor de ello, también sé que requiere de muchísimo tiempo, esfuerzo y concentración. No se limita solo en crear la historia, es saber crear contenido sobre ella de forma constante, mover mucho el libro y hacer una estrategia de marketing. Para una sola persona es un trabajo bastante grande y voy a estar un par de meses que no voy a poder hacerlo, pero cuando pueda es algo que me planteo.
¿Cómo llevas esto del marketing para escritores? SEO, palabras claves, redes sociales y esto? ¿Lo tienes en cuenta a la hora de comunicarte o no estás en esta fase?
Lo tengo en cuenta. Hace poco terminé un curso bastante grande y con bastante información sobre esos temas y estoy versado en ellos, además de que conozco unas cuantas herramientas que ayudan con el SEO bastante útiles.
¿Lo volverías a hacer todo exactamente igual si pudieras volver a empezar?
Probablemente no. Ahora sé muchas cosas que cuando publiqué «Lutgan» no sabía. Además, autopublicaba por el mero placer de disfrutar el proceso, no con un pensamiento emprendedor. Ahora me tomaría más mi tiempo y me organizaría mejor.
¿Estás satisfecho de tu recorrido o te arrepientes de algunas cosas?
Estoy bastante orgulloso de todo lo que he hecho porque de los errores he aprendido muchísimo. La ventaja de no ser muy conocido es que estoy en el momento perfecto para experimentar y probar cosas sin miedo a tener grandes repercusiones negativas.
Si se te concedieran ahora mismo tres deseos, ¿qué pedirías?
Poder dedicarme al cien por cien a la literatura porque me da un sueldo para ello, buena salud y poder vivir cerca de mi parabatai.
¿Te gustaría llegar a vivir de la escritura, dedicarte de forma profesional a esto o no lo ves factible?
Es viable vivir de la escritura, pero no como nos lo cuentan. Ser escritor no es escribir tus propias novelas y ya está. También es escritor el que escribe por encargo para otros o redacta libros sin su nombre. Veo factible hacer eso, aunque requiere de mucho marketing y estudio de marca personal, entre otros factores.
Al principio tenía el sueño idílico de vivir de mis libros, pero a día de hoy disfrutaría de igual manera si escribiese historias para otros o les ayudase a crear personajes, mundos, escaletas o redacción para contenido web, ya sea de libros o de cualquier temática.
¿Cual es la palabra que te define mejor como escritor, quiero decir, qué tipo de escritor eres?
Me definiría como escultor. Mi estilo de crear historias es: escribo el borrador/boceto y una vez está terminado es cuando empiezo a hacerle preguntas al manuscrito y reescribo todo lo que puedo. Muchas veces cambio capítulos enteros, perfilando y buscando comunicar la idea que quiero, ya que cuando escribo de corrido no me paro a pensar en cosas como la corrección, coherencia o cosas así. Para mí, ese proceso recae en la escritura, cuando tengo el «mármol» medio roto y necesito darle forma para que sea la obra que realmente quiero que llegue a la gente.
Con «Transversal» no estoy haciendo eso de momento porque buscaba saber si era una historia que llamase la atención. Es una novela erótica gay con un chico cisgay y otro chico trans. Eso genera dos reacciones muy diferentes y no estoy siendo escultor ahí. Aunque eso sí, una vez termine la novela, haré lo mismo que con el resto: coger el borrador, pulir, reescribir y limpiar todo.
¿Eres meticuloso, preparas tus proyectos, sabes antes de ponerte a escribir de dónde partes, a dónde vas, y las etapas de tu recorrido?
No mucho. Es cierto que me preparo cosas para que no se me olviden, pero me dejo llevar bastante por lo que me pidan los personajes. Prefiero que sean ellos los que me digan: no, Eric, yo en estos momentos tal y como está la novela, no actuaría así.
He intentado escribir de la otra manera, pero me acabo aburriendo lo cuando me releo no me interesa lo que he escrito porque me salen personajes encorsetados, vacíos. Me vuelvo mucho más meticuloso en el proceso de reescritura.
De hecho, el primer borrador de «Lutgan» con respecto al final es bastante diferente (incluso tuve que añadir más capítulos y dividir la obra en dos partes, cuando originalmente era solo una).
¿Consideras que el acto de escribir es algo espontáneo que nace de un impulso y dejas que esta idea primera te inspire, o, por el contrario, le das mil vueltas a la idea y a la trama antes de ponerte a escribir?
Ambas forman parte de escribir. Yo era muy escritor espontáneo, impulsado por la canción que escuchase en el momento (mi proceso creativo bebe mucho de la música). Aunque si te quieres dedicar a la escritura a nivel profesional tienes que adaptar unas rutinas personales, aunque sea por practicar. No creo en la imposición de las palabras, pero sí que el mero hecho de tener un rato a diario donde te sientas frente al ordenador y te enfrentas al manuscrito, aunque no escribas ese día ni una palabra, ayuda mucho.
Al yo dejarme llevar por los personajes, ellos mismos son quienes me acaban contando sus tramas, sobre todo cuando estoy en la fase de los villanos. Ellos tiran de lo que hay que hacer y ya a partir de ahí desarrollo lore, entorno y demás.
¿Eres de los que piensa que creas los personajes y luego parece que cobran vida propia y escapan a tu control?
Sí y no. Me explico: yo soy muy de escuchar a mis personajes, de dejarles que sean ellos los que lleven la voz cantante, pero si tienes un buen conocimiento de ellos ya sabes lo que va a pasar y no solo eso, te encanta lo que hacen. Cuando llevas muchos años, como en mi caso, escribiendo así, lo que sucede es que te van sorprendiendo los caminos nuevos que se abren y estimulan mucho tu imaginación. Es un reto que de forma indirecta te autoimpones y al final se genera una novela orgánica, con personajes vivos que quieren contar sus vivencias y, además, desarrollan coherencia en su discurso.
Por ejemplo, si en la novela X he metido un personaje con transfobia interiorizada y tenía intención de que en el capítulo veinte soltase un comentario transfobo, pero a la hora de escribir el capítulo quince esos comentarios están más que asimilados, ¿por qué imponer que el personaje se comporte de una manera que no le sale, por muy bien que sonase en mi cabeza? Escuchar a los personajes es también escucharte a ti, entender la psicología de ellos y darle coherencia a la evolución que tú mismo has redactado.
Esa es mi forma de verlo, pero conozco a compañeros que lo hacen justo al revés y les queda igual de bien. Me acuerdo de una vez que, hablando con Marta G.P sobre lo diferentes que somos al escribir, me dijo: yo hago primero las preguntas y luego escribo, tú escribes y conforme lo haces realizas las preguntas.
Son dos caminos igual de válidos y en parte ahí reside la magia de escribir: no hay un camino correcto, está tu camino. Por eso hablar con otras personas que se dedican a lo mismo que tú genera debates muy interesantes y es todo tan bonito.
Para ti escribir es ante todo un ejercicio de expresión, que te permite comunicar tus ideas, reivindicarlas incluídos protestar, o es más bien un ejercicio de comunicación. En otras palabras, ¿escribes para ti, para encontrarte y expresarte, o para comunicar con los demás y que te lean?
En mi trayecto de escritor he escrito principalmente para mí, escribir lo que necesitaba leer o lo que más deseaba expresar. Después, cuando he ido publicando, me han venido lectores a decirme: esto es justo lo que necesitaba leer y no encontraba por ninguna parte.
Al final escribir para ti puede ser muy útil porque aparte de escritor, eres lector. Vemos en las estanterías libros muy similares, con lecciones parecidas y poca variedad valores, reivindicaciones o derechos. Si escribes pensando en tu propia necesidad, puedes encontrar que hay un gran público esperando tu novela.
En mi caso, por ejemplo, me he encontrado a tres personas diciéndome: eres de los pocos autores que, cuando escribe escenas de sexo, hablan de preservativos y lubricantes. Esto me ha llevado a pensar que hace falta hablar de esos temas en novela más a menudo, ya no solo por la credibilidad, sino porque es algo que está ahí, existe y hay que exponerlo más veces.
Muchos escritores entre los que me incluyo, cuentan que cuando terminan una novela, después de tanto trabajo, volcarse tanto con la historia y los personajes, se sienten como vacios.¿Cómo te sientes cuando acabas una historia?
Me pasa lo mismo. A veces tardo en escribir una obra porque supone decirle a los personajes «adiós» o «hasta luego». Es una sensación extraña, porque siempre puedes releer tu obra (yo no sé cuántas veces releí en su día «Lutgan»), pero no es lo mismo.
A veces, si los echo mucho de menos o incluso pienso que son personajes a los que no les he sacado su máximo potencial, los meto en otras historias, con tramas y motivaciones diferentes y es como reencontrarme con un viejo amigo que ha cambiado mucho y, aun así, lo reconoces y sigue ahí.
¿Veremos Transversal en papel o a la venta en plataformas, o solo quieres publicarlo en Wattpad?
Seguramente lo autopublique a través de Amazon, ya que creo que, una vez esté corregida y pulida la historia, merece tener un hueco en las estanterías. Tengo muchas ganas de tener esa novela en papel y que esté a disposición de todos los lectores, tanto los que han disfrutado ya de ellos en Wattpad como los nuevos que quieran conocer a Álvaro y Julen.
He pensado en otra alternativa, que es crowfunding, aunque es algo bastante arriesgado y, al no haberlo hecho nunca, tengo que estudiar primero cómo va, ventajas y desventajas y todo eso. De poder optar por esta opción, me gustaría hacer algo bonito para quienes confíen en la novela.

