
Kintsugi: la belleza de tus cicatrices
Kintsugi es una antigua técnica de origen japonés que consiste en reparar las fracturas de una cerámica con barniz o resina espolvoreada con oro, o usar oro o plata líquida para restaurarla, aportando belleza a sus cicatrices. Soldar los fragmentos, da a la pieza final un valor único por su singularidad, y le aporta valor por las vetas del metal precioso escogido.
Palabras japonesas, ¿por qué escogerlas?
Hace poco, dedicaba un articulo a la palabra japonesa Ikigai. Podrías preguntarte por qué vuelvo a escoger palabras en otro idioma. , y si bien es cierto que Japón y todo lo relacionado se ha vuelto muy atractivo para el resto del mundo, tengo que aclarar que mi elección no tiene nada que ver con esta moda. En mi opinión, cada idioma refleja la cultura y la forma de ser de las personas que lo hablan. El japonés en este sentido tiene conceptos muy interesantes, que no pueden ser traducidos, ya que las ideas que definen no son usuales en nuestra cultura.
Consumismo occidental versus veneración oriental para lo antiguo
Nuestra sociedad está dominada por un consumismo feroz, los objetos se vuelven obsoletos en un tiempo muy corto, a veces se les programa para ello, y sale mucho más barato comprar un objeto nuevo que reparar el antiguo. En España y en Occidente en general, cuando se te rompe una taza o un plato, rara vez te molestas a recoger los pedazos para intentar recomponerlo. Suele ir directamente a la basura. Esto gesto es algo impensable en Japón, ya que es un pais donde se venera la edad de objetos y personas, donde nunca se tala un árbol sino que se invierte tiempo, esfuerzo y dinero en transplantarlo, un lugar donde se honra lo antiguo y se reconoce su valor.
La filosofía más allá de la técnica
Más allá del valor de una técnica que consiste en reparar con creatividad y arte unas piezas de ceramica fracturadas, el Kintsugi ha pasado a formar parte de una filosofía. Plantea que las roturas y reparaciones forman parte de la historia de un objeto. Las cicatrices deben mostrarse en lugar de ocultarse, y al incorporarlas al objeto, lo embellecen, dándole un carácter único, y mostrando su historia y transformación. Las piezas tratadas con este método exhiben las heridas de su pasado, a la vez que pueden volver a comenzar una nueva vida.
Kintsugi; metáfora de la resiliencia
Es imposible no extrapolar el Kintsugi y sus implicaciones a nuestra vida. A lo largo de nuestra existencia, sufrimos fracasos, desengaños, rupturas, y la adversidad puede llegar a rompernos. Somos seres fragiles y vulnerables, y tenemos tendencia a esconder nuestras heridas, y tapar nuestras cicatrices. Es un reflejo de pudor natural que consiste en callar nuestro dolor, pero tal vez hacerlo equivale a ocultar el daño que nos ha tocado sufrir. Creo sinceramente que es un error, ya que de la misma forma que un objeto roto y reparado con el Kintsugi, puede ser bello y adquirir más valor, una persona que ha sido capaz de resurgir de la adversidad, renacer, es digna de ser admirada. ¿Por qué? Porque se ha vuelto resiliente. Son las dificultades las que definen nuestra capacidad de superación, son los obstáculos los que nos permiten demostrar de lo que estamos hechos, son las heridas y cicatrices que reflejan el camino recorrido en nuestra vida.
Significado espiritual
El significado espiritual del Kintsugi es que la sabiduría, la belleza verdadera interior y exterior surge de las experiencias, de las heridas y de las imperfecciones. Nos habla de la necesidad de saber aceptar el daño y transformarlo en arte. Las heridas no deben ocultarse, ni tampoco deben avergonzarte. Ser consciente de ellas y realzarlas te ayudará a ser más fuerte.
El valor de la paciencia
Este es otro concepto que se añade a lo dicho el el parrafo anterior, y que se opone por completo a nuestra filosofía occidental de vida. En nuestro mundo occidental, todo va muy de prisa, lo queremos todo y lo queremos YA.
El Kintsugi como técnica artística apunta a la paciencia como factor clave. A veces, el proceso de curación de una cerámica tarda días, semanas, incluso meses. Lo mismo ocurre con las personas. El resurgimiento personal, el renacer y el llegar a recomponerse puede tardar mucho.
El espíritu tiene que encajar los golpes, asimilar las lecciones y endurecerse para que por fin se produzca la sanación.
Kintsugi: sus enseñanzas
El Kintsugi nos enseña a valorar el pasado y los errores, y nos invita a no despreciarlo. Podemos cambiar nuestra forma de ver las experiencias negativas. dejar de valorarlas como momentos terribles en nuestra vida. Podemos decidir acogerlas como fases de crecimiento tan inevitables como esenciales que nos aportan madurez, resiliencia, y forman nuestro carácter.
Enfoque sereno
Saber reconocer nuestras heridas y superar las etapas más dolorosas de nuestra vida, es muy importante. Valorar lo que se rompe en nosotros nos aporta cierta objetividad, tranquilidad pero sobre todo dignidad como personas. Podemos emular los artesanos japoneses, y cambiar de enfoque. Vamos a aceptarnos, amarnos y valorarnos como somos. Reconozcamos que somos seres fracturados, rotos y recompuestos, renovados, únicos, evolucionando y aceptando los cambios constantes a lo largo de nuestra vida, y por lo tanto únicos e irreemplazables.

