
La soledad y el escritor
Hace poco, los medios nos recordaban que han pasado tres años desde el principio de la pandemia. Tres años que se han llevado muchas vidas y han dejado secuelas profundas en muchos ámbitos de nuestra sociedad.
Durante este tiempo, se paralizó el mundo. Nos vimos obligados a quedarnos en casa, a limitar los contactos, las relaciones sociales, y los viajes. Fue un tiempo de aislamiento y para muchos de soledad.
La soledad: una palabra con mala reputación
Por culpa de la soledad, mucha gente estuvo a punto de volverse loca durante la pandemia. No podían soportar el no interactuar con amigos y familiares, no reunirse, no celebrar, no aguantaban estar a solas. Soledad es una palabra que a muchos nos suena negativa, pues es sinonimo de tristeza, vacío, abandono, evoca algo siniestro de lo que rehuir.
“Históricamente, la soledad tiene una muy mala reputación” porque en ocasiones es usada como una forma de castigo, dijo Robert Coplan, psicólogo del desarrollo y profesor de Psicología en la Universidad Carleton.
Soledad y solitud
Hay que distinguir entre soledad no deseada, impuesta por las circunstancias, y soledad elegida.
Así como “soledad” es la descripción de estar solo y querer compañía, el término “solitud” puede usarse para describir el deseo natural de estar a solas, dijo Coplan.
En este post, me voy a interesar por la solitud , el deseo de estar a solas y su relación con el oficio de escritor.
El escritor solitario: ¿mito o cliché?
Todos conocemos el mito del escritor solitario, viviendo aislado en su torre de marfil, huraño, sin más compañía que su teclado, sus libros y a veces el alcohol. Pero este mito se convierte en cliché, al representar una figura sesgada, que no se corresponde con la verdad, por lo menos no totalmente.
El síndrome Salinger
Es innegable que existe el síndrome Salinger, o el miedo a mostrarse. Por si no te suena, te cuento que Salinger es autor de una única novela El guardián entre el centeno, que publicó a la edad de 32 años, y cuya enorme repercusión transformó su vida y lo convirtió en un incono de la literatura de Estados Unidos. A parte de ser autor de este inmenso éxito, Salinger encarna a la perfección la figura y el eterno cliché del escritor solitario, misterioso, que escribe recluido, lejos de todo y de todos. En el mismo año del triunfo de su primera novela, abandonó Nueva York y se refugió en un lugar apartado. Este hecho contribuyó a reforzar su fama de autor extraño y un poco huraño y lo convirtió en un mito.
Soledad: una necesidad para escribir
No todos los escritores buscan la soledad por miedo a la visibilidad, sino que la necesitan para trabajar. Tranquilidad, silencio y concentración son requisitos indispensables para poder dar salidad a su creatividad, contar historias o expresar emociones mediante palabras. Así que la soledad es una necesidad para escribir, pero en su justa medida.
La soledad del escritor: ¿una paradoja?
La soledad, si bien es necesaria para que el escritor pueda ejercer su oficio, encierra una paradoja. El escritor necesita vivir, acumular experiencias, empaparse de relatos propios y ajenos, conocer gente y tener relaciones, en una palabra: atesorar historias. Luego necesita volver a su encierro y solo frente al teclado, dar paso a su creatividad, transformando estas vivencias en relatos, cuentos, novelas.
Encontrar el camino
Creo que lo importante es encontrar la justa medida entre vivir, experimentar y coleccionar experiencias, y saber retirarse en soledad para poder plasmarlo en palabras.
Detrás de una novela, hay todo un trabajo largo que el lector desconoce. La documentación, la elaboración de la escaleta o del mapa, el proceso de escritura, la corrección. Posteriormente, la segunda o tercera lectura del manuscrito para pulirlo requiere de tiempo, concentración y trabajo minucioso. El escritor, lo quiera o no, necesita retirarse en soledad para poder dar forma a todas estas vivencias y sumergirse en el proceso de escritura. Porque es solo delante del teclado, donde es capaz de crear, y esto implica introspección y «solitud».
Ahora bien, olvidémonos de la leyenda del escritor solitario, alejado de todo y de todos. Hoy sin visibilidad, no eres nadie, simplemente no existes y lo que escribes nunca será leído. No basta con ser escritor, tienes que ser emprendedor también. No puedes dejar de relacionarte, de usar las redes e interactuar con otros escritores. Esto sí, una buena gestión de tu tiempo, te permitirá vivir y experimentar, siendo capaz de retirarte después para contarlo.
La soledad del escritor ¿realidad o mito?
En mi opinión es un poco de cada. Existe un mito, un cliché, una leyenda asociada a los escritores que cada vez es menos cierta. El que escribe tiene que tener mucho contacto con la vida, el mundo y la gente para tener algo que contar. No puede permitirse quedar recluído o adoptar el estilo de vida de Salinger. Tiene que ser visible, exponerse y darse a conocer. Por otra parte, también tiene que reservar una gran cantidad de tiempo para desarrollar su profesión, documentarse, escribir, gestionar sus redes etc.
La justa medida: garantía de éxito
La clave para una buena y exitosa gestión de tu tvida está en la organización, en la disciplina. Es imprescindible planificar tus jornadas, y reservar un espacio para todo. Mi opinión personal es que cuesta bastante encontrar tiempo para estar a solas escribiendo, pero es capital. Todas las demás actividades diarias nos proporcionan vivencias y experiencias, nos ponen en contacto con los demás, pero cuando realmente puedes plasmarlo en forma de escritura, es cuando estás a solas.
Tendrás que aprende a renunciar a muchas cosas
¿Qué implica lo que acabo de explicar? Que cuando los demás están mirando series, salen a divertirse o quedan con los amigos, muchas veces tienes que decir no. Escogerás quedarte solo para escribir. No pasa nada por perder una tarde o un día, pero si se convierte en costumbre, perderás el hábito de escribir, nunca terminarás esta novela y renunciarás a tu sueño. Lo realmente importante es determinar tu prioridad y actuar en función de tu elección.
¿Eres un bicho raro?
Pues sí y no. Para muchos, no dejarás de ser un bicho raro que prefiere sentarse en soledad delante de su ordenador a ir de copas con los amigos. Para tí, significará ser fiel a ti mismo, a tu pasión y dedicarte a lo que realmente te hace feliz.
Recuerda que eres escritor, y que esto te hace diferente de los demás. Esto implica sacrificios y renuncias, pero no ha de importarte mientras te hace feliz.

