
El esfuerzo siempre viene antes que el éxito
En el diccionario, el esfuerzo viene antes del éxito y en mi opinión, también es aplicable a la vida.
Esta lección, y soy consciente de que tal vez no sea muy popular, nos conviene aprenderla cuanto antes.
El camino hacia el éxito es largo, angosto y tortuoso. Si te decides a recorrerlo, contemplarás muchos paisajes distintos y encontrarás obstáculos de todo tipo: montañas y precipicios, lagos profundos y desiertos, bosques oscuros y lugares peligrosos. Tendrás que desarollar una estrategia, ser resiliente, dividir tu viaje en muchas etapas y detenerte a menudo para recuperar fuerzas. La perseverancia y el esfuerzo son dos palabras claves. Hay muchas otras, pero tienes que saber algo importante antes de partir: No existen atajos.
Lo quiero todo y lo quiero ya
Lo queremos todo y lo queremos ya. Porque la vida va muy de prisa y no tenemos tiempo para ser pacientes. Nos hemos acostumbrado a conseguir lo que deseamos en seguida, en lo que tarda un click. No soportamos esperar, esto es especialmente relevante en los jovenes que tal vez estén reflejando los fallos de la educación que les estamos brindando.
La educación
En muchas ocasiones, el amor que sentimos hacia nuestros hijos nos lleva a sobreprotegerlos, a no enseñarles valores fundamentales que necesitan aprender. Queremos hacerles la vida tan fácil y agradable que satisfacemos todos sus caprichos sin condiciones. Retiramos de nuestro vocabulario la palabra no y les presentamos una visión errónea de la vida.
No queremos que sufran, y al evitarles cualquier incomodidad, dejamos de hablarles de la realidad que les esperará cuando crezcan: dificultades y tropiezos, luchas para hacerse un sitio en un mundo cada vez más competitivo, trabajo y mucho esfuerzo.
Hay que ganarse las cosas
La capacidad de esfuerzo no es innata en las personas sino que debe aprenderse, como antes mejor, trabajarla hasta convertirla en un hábito. Y este hábito nos va a ayudar a responsabilizarnos de nuestras vidas, de nuestros errores, a trabajar para lograr nuestras metas.
La cultura del esfuerzo
Soy consciente de que la cultura del esfuerzo tiene muchos detractores. Hay quien la considera una trampa y pretende que la desigualdad social determina el futuro y que no hay igualdad de oportunidades sino una falsa meritocracía.
Discrepo profundamente de este planteamiento que presenta, en mi opinión, una visión muy sesgada de la realidad.
El valor del esfuerzo
La cultura del esfuerzo no se valora, es más, creo que se ha demonizado, alegando que es una forma de victimizar a los que no consiguen resultados, que no todos partimos de la misma base y por lo tanto que no disponemos de las mismas oportunidades.
En mi opinión, estos «argumentos» solo sirven para infantilizar a la sociedad, pretendiendo eximirla de responsabilidad sobre su propia vida.
La importancia de las metas
Es fundamental tener un propósito en nuestra vida, un motor que impulse nuestra existencia y una meta por la cual luchar, progresar, esforzarse.
Con esfuerzo sabe mejor
Creo que las cosas por las cuales hemos luchado, que nos han costado conseguir, las metas que han requerido de tenacidad y perseverancia son las que mejor saben, las que más valoramos. Algo caído del cielo sin esfuerzo no tiene apenas interés, mientras algo para lo que te has tenido que esforzar se convierte en valioso.
Transmitiendo valores fundamentales
Educar en la cultura del esfuerzo es preparar para la vida, para la responsabilidad, es enseñar resiliencia y esto contribuye a transformarnos en personas más independientes, fuertes, y felices. Nos ayuda a crecer, a desarollar cualidades como la tenacidad, el compromiso, la disciplina, nos enseña lo que es la pasión y la vocación.
Esfuerzo primero, éxito después, y no siempre
Así pues, olvidemos la idea de que un día la fortuna nos va a tocar con su varita mágica, que vamos a ser influencers famosos, actores o cantantes de éxito y que nadaremos en la abundancia. La vida nunca regala nada y en mi opinión, la suerte no existe. Solo nos queda enfocar nuestros esfuerzos, trabajar y luchar para conseguir lo que queremos.
Esfuerzo siempre antes que éxito
El esfuerzo nos engrandece y nos dignifica y tiene doble recompensa: nos hace fuertes, resilientes y nos permite cosechar los frutos de lo que hemos sembrado, pero sobre todo nos enseña a soportar la frustración y a amar la vida, tal como viene.
Así que si quieres prosperar, recuerda que el esfuerzo siempre viene antes que el éxito, en el diccionario y en la vida.

